Chordata
Actinopterygii
Salmoniformes
Salmonidae
Ovíparo. Desova en el lecho del río.
Carnívora. En su etapa juvenil en el río se alimenta de pequeños invertebrados, insectos y moluscos. En su etapa en el mar su dieta se basa en crustáceos, calamares, plancton y peces.
5-8, máx 13
El salmón atlántico es el mayor pez de los ríos asturianos y tiene un ciclo vital muy complejo. Se trata de una especie anádroma (nace en el río y vive en el mar). Los huevos eclosionan a final del invierno en el nacimiento del río (entre febrero y marzo), naciendo unos pequeños alevines que permanecen ocultos alimentándose del saco vitelino al que aún permanecen unidos. Se llaman alevines vesiculados.
Tras un mes aproximadamente, una vez consumido todo el saco vitelino, se dispersan por el río y comienzan a alimentarse de larvas de insectos.
Se desarrollan rápidamente y al final del verano, ya miden unos 10 cm de longitud y se parecen mucho a truchas. Reciben el nombre de pintos.
Llegada su primera o segunda primavera, cuando miden unos 13 cm, sufren profundos cambios físicos y morfológicos para adaptarse a las condiciones de vida en el mar. Este proceso se llama esguinado, y los salmones, ahora de un llamativo plateado, pasan a llamarse esguines.
Los esguines se reúnen en pequeños bancos y se dirigen al mar aprovechando la época de crecidas. Permanecen horas o pocos días en zonas cercanas a la desembocadura adaptándose a la salinidad. Muchos se convierten en presas de otros peces y aves marinas.
Una vez adaptados al mar, migran hacia aguas frías muy lejanas. Se sabe que el salmón asturiano se concentra en el Sur de Groenlandia formando pequeños bancos y alimentándose vorazmente de peces y pequeños crustáceos. Este periodo de vida marina suele durar entre 1 y 3 años.
Tras el periodo de vida marina, los salmones regresan a su río de origen para reproducirse. Aún se desconoce cómo se orientan exactamente, se cree que pueden guiarse por el magnetismo o las corrientes marinas, y que cuando llegan a la cuenca correspondiente, se guían gracias a su olfato.
Una vez que llegan a la desembocadura, esperan pacientemente una crecida que facilite el remonte del río hacia la zona de desove. En función de la época en la que remonten el río, que suele comenzar a finales de invierno, reciben diferentes nombres: salmón vernal (grandes ejemplares que han pasado 3 años en el mar), salmón mayuco (más pequeños, han pasado 2 años en el mar), salmón añal (2 kg y esguinados el año anterior). Los de menos peso son los últimos en llegar, ya que los salmones no se alimentan en este periodo y necesitan grandes reservas para aguantar. Los vernales aguantan el ayuno casi un año, sin embargo, los añales, apenas aguantan unos meses.
Durante el celo, los machos sufren una nueva transformación mediante la cual su coloración pasa a ser rojiza con grandes manchas amarillentas y mandíbula de gancho. Las hembras sin embargo sólo oscurecen su piel.
Cuando llega el momento del desove, la hembra excava unos surcos en el lecho del río para depositar los huevos. El macho, los fecunda de inmediato colocándose justo después de la hembra. Se sabe que algunos salmones jóvenes aún no esguinados, aprovechan para liberar también su esperma simultáneamente, se llaman vironeros.
Todo el proceso de retorno, remonte del río y desove es tan agotador, que los salmones ya frezados, llamados también zancados, quedan malheridos y expuestos a muchas enfermedades. Se limitan entonces a dejarse llevar por las riadas que los arrastrarán de nuevo al mar, pero muy pocos lo consiguen; de hecho, se cree que únicamente un 4% vuelve a reproducirse una segunda vez.
Las poblaciones de salmón en Asturias se han visto drásticamente reducidas en los últimos años, especialmente en la década de los 90 y ha dejado de haber salmones en otras zonas de la Península como en la cuenca del Miño y la cuenca del Duero.
Las principales amenazas para el salmón son el cambio climático y la sobrepesca en el mar. Además, hay que añadir la destrucción de sus zonas de freza, la cantidad de obstáculos que se encuentran en las zonas de remonte (embalses, saltos de agua…) y la sobrepesca en el río.
Para ser Región Salmonera Mundial, hay que tener una población de unos 50.000 ejemplares (5.000 pescados). Asturias, está muy lejos de serlo, pero durante muchos años lo fue, superando con creces esas cifras. Un ejemplo de ello fue la huelga que protagonizaron en el s.XVII los Monjes del Monasterio de Cornellana exigiendo al menos 2 raciones de comida a la semana que no fuesen salmón.
Incluso en la guerra civil, una medida de aislamiento entre facciones era la pesca masiva de salmones para que no llegasen a territorios del bando contrario, y no tuvieran con qué alimentarse.
En Asturias, llamamos Campanu al primer salmón pescado en la temporada. Es el único que puede subastarse y alcanza precios muy altos. El récord está en 18.000 €.
El nombre de Campanu se refiere al repique de campanas de las iglesias que se hacía para avisar de que se había pescado el primer salmón de la temporada. Eran épocas de hambruna y la llegada del salmón se esperaba con esperanza y alegría.
La Fundación Bioparc, colabora en proyectos de conservación del salmón.