La salamandra es un anfibio con cola (urodelo) de mediano tamaño que alcanza los 20 cm de longitud. Su cabeza es robusta, con ojos redondeados y prominentes, tras los cuales hay unos poros glandulares. El cuerpo es de piel lisa y color variable, por lo general hay un fondo negro con manchas amarillas, de tamaño y forma muy variable según la subespecie de salamandra. Existen casos de albinismo y melanismo. Tiene una distribución amplia, siendo uno de los anfibios más comunes en la región paleártica occidental. En España, está presente en todas las regiones húmedas de Galicia, la cornisa Cantábrica y todos los Pirineos. Sigue los contornos de las sierras del Sistema Central, Montes de Toledo, Sierra Morena y las sierras Béticas. Las poblaciones de salamandras buscan preferentemente zonas húmedas y sombrías y son de hábitos nocturnos.

Es un anfibio sedentario cuyo territorio abarca unos 100 o 150 m2. Se aparean en tierra, normalmente en primavera u otoño. Pueden poner huevos, ser ovovivíparas o vivíparas en función de la subespecie. La gestación, en su caso, es muy larga.

Los anfibios son la clase de vertebrados más amenazada del planeta, con hasta la mitad de las especies enfrentándose a la extinción. Desgraciadamente, las poblaciones de salamandra están seriamente amenazadas por el aumento global de las temperaturas, la contaminación de las aguas (especialmente productos fitosanitarios) y los abundantes atropellos.