La anguila es una especie con un ciclo de vida muy complejo que para reproducirse requiere una larga migración. Es catádroma, es decir, nace en el mar y pasa la mayor parte de su vida en el río.

Las anguilas plateadas; es decir, los adultos reproductores, desovan en el Mar de los Sargazos (próximo al Mar Caribe) a aproximadamente 250 m de profundidad y mueren.

Tras la eclosión, las larvas se desplazan durante años de forma pasiva, sirviéndose de la corriente del Golfo, y atraviesan el Océano Atlántico hasta alcanzar los estuarios europeos y norteafricanos donde vivirán. Cuando llegan a estas zonas, las larvas se transforman en angulas.

Tras un tiempo de crecimiento en la zona de la desembocadura, se transforman en anguilas amarillas, la fase más larga y en la que se distribuyen por toda la red fluvial y se vuelven sedentarias.

Finalmente, con el inicio de su maduración sexual, las anguilas sufren una última transformación convirtiéndose en anguilas plateadas. En este punto, no sólo cambiarán su color para favorecer su camuflaje en el mar, si no que dejarán de alimentarse para emprender su última migración, que las llevará a atravesar el Océano Atlántico para llegar a su punto de desove en el Mar de los Sargazos.

Desgraciadamente, la sobrepesca, la degradación de sus hábitats (especialmente en estuarios), la construcción de presas y la contaminación, están haciendo disminuir las poblaciones de esta especie, que ya se encuentra en peligro crítico de extinción.