• La profundidad media del océano Atlántico es de casi 4.000 m, llegando en el Abismo de Browson (Fosa de Puerto Rico) a los 8.378 m de profundidad. 
  • A medida que descendemos, la luz va desapareciendo y con ella las algas y plantas, que son la base de la red trófica oceánica. Por eso el 80 % de la biodiversidad marina se encuentra en las zonas con luz. 
  • Los animales de profundidad tienen numerosas adaptaciones a la presión y a la falta de luz y alimento.