Los primeros ejemplares recogidos vivos en la playa de Xagó llegan al BIOPARC Acuario de Gijón dentro del proyecto PHYSALIA

Cada verano, las costas del Cantábrico reciben visitantes tan llamativos como temidos: las carabelas portuguesas (Physalia physalis), organismos conocidos por su singular belleza flotante… y sus dolorosas picaduras. Aunque a menudo se confunden con medusas, en realidad se trata de colonias flotantes formadas por individuos especializados que actúan como un solo organismo. Su picadura puede provocar desde irritaciones cutáneas hasta reacciones más serias, incluso cuando el ejemplar ya está varado en la arena.
Este verano ya se han registrado apariciones en playas como Salinas, San Juan de Nieva y, más recientemente, en Xagó. Allí, ayer 21 de julio, fueron recogidos los primeros ejemplares vivos que ya han llegado al BIOPARC Acuario de Gijón, en el marco de un proyecto de seguimiento y estudio liderado por la Universidad de Oviedo y el Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC).

La presencia de esta especie en el litoral asturiano, antes esporádica, comienza a repetirse con más frecuencia. Para entender qué hay detrás de esta tendencia, el Bioparc Acuario de Gijón se ha sumado al proyecto “Evolución de la navegación biológica a vela (PHYSALIA)”, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Además de la Universidad de Oviedo y el IEO-CSIC, el proyecto cuenta con la participación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC) y otros centros nacionales e internacionales.
El objetivo es estudiar en profundidad la biología, la navegación y la dispersión de una de las especies más desconocidas del Atlántico. A pesar de su impacto potencial sobre los ecosistemas y la seguridad de los bañistas, aún se sabe muy poco sobre su ciclo vital o sus patrones de desplazamiento. Su fragilidad complica su mantenimiento: los ejemplares adultos solo sobreviven unos pocos días fuera del mar abierto, lo que limita las posibilidades de investigación.

En este sentido, la colaboración con el BIOPARC Acuario de Gijón será clave para avanzar. El Acuario facilitará acceso a tanques exteriores y cebo vivo para alimentar a las colonias recogidas, con el objetivo de prolongar su supervivencia y permitir el desarrollo de experimentos controlados.
Desde el BIOPARC Acuario de Gijón, esta línea de trabajo se alinea con su compromiso con la conservación marina, la investigación científica y la sensibilización ciudadana. Esta colaboración con la Universidad de Oviedo y el IEO-CSIC busca transformar una preocupación social en conocimiento para la ciencia.